A veces son los pequeños detalles los que marcan la diferencia. He aquí algunos consejos sencillos que seguro te serán de gran utilidad al momento de preparar, cocinar y sazonar, todo tipo de recetas de comida y que están diseñados para potenciar el sabor en la cocina diaria.
1. No prepares el ajo y la cebolla con antelación
Al picar el ajo y las cebollas se liberan olores penetrantes y sabores fuertes que se vuelven abrumadores con el tiempo, por lo que es mejor cortarlos en el último momento. Cuando vayas a cocinar, sumerge las cebollas cortadas en rodajas o picadas en una solución de bicarbonato sódico y agua (1 cucharada sopera por cada taza de agua) para atenuar su acritud en crudo; asegúrate de enjuagarlas bien antes de usarlas.
2. No sembrar tomates
Las semillas y la “gelatina” que las rodea contienen la mayor parte del sabor, así que no quites las semillas a los tomates a menos que lo pida una receta en la que un exceso de humedad pueda arruinar el plato.
3. Mantén el sabor fresco de las grasas
Las grasas de la mantequilla, los aceites y los frutos secos pueden enranciarse y desprender malos sabores al cocinar. Minimiza su exposición al oxígeno y a la luz para ralentizar este proceso. Guarda la mantequilla y los frutos secos en el congelador, los aceites de frutos secos en el refrigerador y los aceites vegetales en una despensa oscura.
4. Golpea solo cuando la sartén esté caliente
La temperatura de la superficie de cocción bajará en cuanto se añadan los alimentos, así que no te precipites en el paso de precalentamiento al principio de la mayoría de los salteados. Espera a que el aceite brille cuando cocines verduras. Cuando cocines proteínas, espera hasta que veas salir las primeras volutas de humo del aceite.
5. Nunca deseches los restos
Esos trocitos dorados y caramelizados que se pegan al fondo de la sartén después de la cocción están llenos de sabor. Desglasea el sartén caliente con líquido (vino, caldo o jugo) y raspa los trocitos con una cuchara de madera para incorporar este fondo a salsas, sopas o guisos.
6. Sazona también con azúcar
Los alimentos dorados saben mejor, y la mejor forma de acelerar este proceso es con una pizca de azúcar espolvoreada sobre proteínas magras (pollo y marisco) o verduras.
7. Florecer las especias y hierbas secas en grasa
Para intensificar el sabor de las especias molidas y las hierbas secas, cocínalas durante uno o dos minutos en un poco de mantequilla o aceite antes de añadir líquido al sartén. Si la receta requiere saltear ingredientes aromáticos (como cebollas), añade las especias a la grasa de la sartén cuando las verduras estén casi cocidas.
8. Dorar panes, tartas y pasteles
Dorar es igual a dar sabor, así que no saques panes, tartas o incluso pasteles del horno hasta que el exterior esté bien dorado. Trata de hornear los pasteles en una placa de cristal para poder controlar el desarrollo del color. Cuando trabajes con masa hojaldre u otra masa hojaldrada en una bandeja para hornear, levanta la parte inferior de las piezas individuales y busca un dorado uniforme.
9. Añade un poco de umami o sabor
La salsa de soja y las anchoas contienen altos niveles de glutamatos, que dan a los platos un toque sabroso y carnoso. Añade una cucharadita o dos de salsa de soya al chile, o cocina unas cuantas aceitunas picadas junto con las verduras en una sopa o guisado.
10. Incorpora hierbas frescas en el momento adecuado
Añade hierbas resistentes como el tomillo, el romero, el orégano, la salvia y la mejorana a los platos al principio del proceso de cocción; de esta forma, liberan el máximo sabor a la vez que su textura será menos intrusiva. Deje las hierbas delicadas como el perejil, el cilantro, el estragón, el cebollin y la albahaca para el último momento, o perderán su sabor fresco y su color brillante.
Esperamos que los consejos que te compartimos hoy te sean de gran utilidad al momento de cocinar tu comida y platillos favoritos. Pruébalos y no dudes en regresar para contarnos qué tal te fue.
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